"Me acabo de enterar que Pelusa se mudó. A ella siempre le gustaban las mudanzas, nunca estaba demasiado tiempo en ningún barrio, siempre inquieta. Se mudó, no se fué, porque mientas llevemos su recuerdo en el corazón siempre nos va a acompañar, como nos acompaña el Bubi. Y ni se les pase por la cabeza que ya está descansando, si creen eso es porque no la conocieron. Estoy seguro que ya debe de andar apurando a San Pedro y a Jesús pidiéndole por su familia para que a todos se nos cumplan sueños y afanes, como lo hacía cada noche que pedía por todos nosotros y en especial por todos sus nietos. Se mudó, nos dejó con las ganas de tenerla un poco más, y eso nos pone un nudo en la garganta que solo se va a ir con el llanto, y con los buenos recuerdos, y sabiendo que en cuanto alguno de nosotros la recuerde, mágicamente nos va a llegar su risa y su amor. Es momento de llorar, pero no por ella, por nosotros que desde el error nos sentimos un poco más desamparados. Los amo profundamente.
Miguel