viernes, 27 de abril de 2012

Los dibujos del viento















Frente a Key Biscayne, Océano Altántico. 27 de abril de 2012

miércoles, 25 de abril de 2012

viernes, 20 de abril de 2012

jueves, 19 de abril de 2012

lunes, 16 de abril de 2012

¿Porqué algunas tortugas cruzan el inmenso Atlántico Sur para poner sus huevos en las playas de Sudamérica después de aparearse en las costas de África?





"Las tortugas son uno de los vertebrados más antiguos sobre nuestro planeta. Dicho de forma más literaria: cuando los dinosarios abrieron los ojos, las tortugas ya estaban allí. El hombre moderno apareció en África hace apenas cien mil años. Bajo su caparazón, deben mirarnos como una insignificante anécdota de la Historia.

Resulta que las tortugas han realizado estos viajes de ida y vuelta desde hace decenas de millones de años. Comenzaron sus migraciones cuando el supercontiente Gondwanaland empezaba a resquebrajarse: África y Ámerica del Sur estaban separadas por un estrecho canal. La fuerzas darwinianas sincronizaron la evolución de las tortugas al lentísimo compás de la tectónica terrestre.

Cada generación debía nadar unos pocos milímetros más allá que la generación precedente. Apenas una fracción de brazada. La infinita paciencia de miles de generaciones convirtió a las tortugas en seres capaces de proezas rutinarias."

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Qué belleza, no?

Es lo que respondió el científico Danniel Dennet a la revista científica Edge cuando le preguntaron: ¿cuál es, en tu opinión, la explicación científica más hermosa, elegante o profunda?


Tomado de  http://principiamarsupia.wordpress.com/ 

martes, 10 de abril de 2012

Responsabilidad

...
Sin inmutarse, el coronel Aureliano Buendía firmó la primera copia. 
No había acabado de firmar la última cuando apareció en la puerta de la carpa un coronel rebelde llevando del cabestro una mula cargada con dos baúles. 

A pesar de su extremada juventud, tenía un aspecto árido y una expresión paciente. Era el tesorero de la revolución en la circunscripción de Macondo. Había
hecho un penoso viaje de seis días, arrastrando la mula muerta de hambre, para llegar a tiempo al armisticio. 

Con una parsimonia exasperante descargó los baúles, los abrió, y fue poniendo en la mesa, uno por uno, setenta y dos ladrillos de oro. Nadie recordaba la existencia de aquella fortuna. En el desorden del último año, cuando el mando central saltó en pedazos y la revolución degeneró en una sangrienta rivalidad de caudillos, era imposible determinar ninguna responsabilidad.

El oro de la rebelión, fundido en bloques que luego fueron recubiertos de barro
cocido, quedó fuera de todo control. 

El coronel Aureliano Buendía hizo incluir los setenta y dos ladrillos de oro en el inventario de la rendición, y clausuró el acto sin permitir discursos. El escuálido adolescente permaneció frente a él, mirándolo a los ojos con sus serenos ojos color de almíbar.

-¿Algo más? -le preguntó el coronel Aureliano Buendía.
El joven coronel apretó los dientes.

-El recibo -dijo.

...

GGM - Cien años de soledad