miércoles, 30 de julio de 2014

Mapas del tesoro por $ 10


Ema enterró dos tesoros en el fondo de la casa de mamá y dibujó planos para llegar a ellos. Allí estaban las distancias relativas a un árbol y la puerta del cuartito del fondo. Asesorada por su Cra. (Carla) Ema vendió cada plano a $ 10. Tiene futuro para los negocios!


Y allí estaban, donde lo indicaba la cruz!

domingo, 27 de julio de 2014

Cuestionando el orden establecido

No le alcanzó a Ema con sentarse en el lugar del Tata, también se apropió del coco del pan!


Qué artistas!


Usando pintura, papel, tela y brillantina



lunes, 21 de julio de 2014

CH20 - El ataque de los cangrejos de metal




Esas vidas desnudas

 

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"Esa es la razón de que las imágenes de esas existencias desnudas, los cortes verticales de edificios descubiertos de un día para otro por catástrofes naturales, guerras o siniestros azares del destino, me conmuevan especialmente. Me pongan -disimulen la mariconada- algo blandito por dentro. Más, incluso, que los cuerpos sepultados bajo los escombros. Hay en esas paredes algo que revela la parte indefensa, y tal vez la mejor, del ser humano. De cualquiera. De todos. A ver qué miserable o canalla entre los millones que adornan el paisaje, por mucho que lo sea, no tiene un rincón noble en alguna parte. Una retaguardia íntima, privada, hecha, incluso para los peores entre nosotros, de afectos, lecturas, músicas, sueños, amores, ternuras. La habitación de un hijo, el dormitorio de una madre con su crucifijo en la pared, el póster del Che, la foto de boda de los padres o los abuelos, el retrato de un niño que fue feliz o no lo fue, la cama donde se ama, se sueña o se tienen pesadillas, la estantería con libros que ayudan a vivir otras vidas, a planear futuros o a consolar pasados. Asomarme involuntariamente a esa parte al descubierto de cada uno de nosotros me conmueve e incomoda, pues hace vacilar la confortable certeza, tan útil en tiempos de crisis -y todos los tiempos lo son- de que el ser humano tiene siempre lo que se merece. Esa exhibición desconsiderada, impúdica, de tantas vidas desnudas, dispara también curiosos mecanismos de solidaridad frente al verdugo cósmico que juega con nosotros al ajedrez. Con fotografías como la que comento, con paisajes parecidos, o peores, que a mi pesar conservo en la memoria, me gustaría tener delante a ese jugador improbable y decirle: oye, desvergonzado hijo de la grandísima puta. A un ser humano se lo mata, si tales son las reglas. De acuerdo. Pero no se lo humilla. No se lo desnuda así, en público, en lo que es y lo que fue."


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Arturo Pérez Reverte