"...
Los viajes pueden ser duros, a veces demasiado, pero el recuerdo* de sus peripecias, como los buenos vinos, mejora con el transcurso del tiempo, cuando la memoria oculta piadosamente los malos momentos dejando que afloren únicamente los buenos, como arrecifes de coral en medio de un mar uniformemente revuelto. Del mismo modo que la selva no se puede apreciar bien desde la carretera ni la montaña desde sus laderas, hay que darle lugar al tiempo para que reconstruya la memoria y seleccione lo mejor. Al final de cuentas, más que en busca de placer, muchos viajamos para descubrir y aprender. O como dijo el escritor indio Vikram Seth, "¿Cuál es el propósito, me pregunto, de toda esta inquietud? A veces pienso que vagabundeo por el mundo acumulando simplemente material para futuras nostalgias."
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Panta AstiazaránEl País Cultural 9 de marzo 2012
*Recordar, del latín "volver a pasar por el corazón" (la nota es mía)
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