Un transatlántico alado en la Laguna de Rocha
Uruguay, 31 de octubre de 1945
El anuncio de la llegada del hidroavión Lionel de
Marmier –«el más grande del mundo»– había creado gran expectativa en
Montevideo. Para los aficionados al tema, se trataba de la posibilidad de ver
acuatizar un aparato conocido a través de las fotos de la prensa o de los
noticieros que se proyectaban en los cines. Se esperaba que el «buque volador»
de 75 toneladas surcara los cielos de la ciudad como años atrás lo hiciera el
dirigible alemán Graf Zeppelín.
El hidroavión conocido como Laté 631 –desarrollado
durante los tempranos días de la ocupación alemana de Francia al comienzo de la
Segunda Guerra Mundial– fue considerado un éxito de la ingeniería aeronáutica.
Después de la Liberación, Air France ordenó la fabricación de 7 ejemplares para
cubrir sus servicios transatlánticos. El modelo se llamó entonces Lionel de
Marmier en homenaje al famoso militar.
En viaje desde Rio de Janeiro con destino a Buenos Aires
el gigante de seis motores realizaba un crucero experimental a Sudamérica que a
su regreso a Europa planeaba llevar a importantes invitados. El 31 de octubre a
las 15:05 la Fuerza Aérea Uruguaya recibe un S.O.S del Lionel de Marmier anunciando
el accidente que lo había llevado a acuatizar en la laguna de Rocha. En el
Museo Regional de Rocha se exhibe un aspa de una de las hélices que
protagonizaron la dramática tragedia en la cual dos pasajeros perdieron la
vida.
“Save our souls”,
un llamado desde el cielo
A pesar de que el destino final del aparato era la
capital argentina, desde que se conoció su partida a las 9.30 de la mañana, una
intensa escucha radiotelegráfica se verificó por parte de la Aeronaútica
militar uruguaya, a efectos de conocer las alternativas del viaje a través de
las transmisiones del hidroavión francés.
A las 15.50 se captó un S.O.S. enviado por uno de los
telegrafistas del “Lionel de Marmier” diciendo que a bordo se había producido
un grave accidente. Entonces la nave se hallaba sobre territorio uruguayo y a
causa del siniestro se había visto obligado a acuatizar. Reaccionando
rápidamente ante esta noticia, el jefe de la Fuerza Aérea, coronel Oscar
Gestido (futuro presidente de la República) y el jefe del Apostadero Naval de
la Isla Libertad, capitán de corbeta Bogarín enviaron auxilio. Tres aviones
partieron de la Base Aérea Nº 1 de Mendoza, 2 en función de ambulancia, y de
la isla Libertad decolaron 2 hidroaviones Sikorsky, uno de los cuales
transportó a Montevideo a una de las víctimas. Una hora y 15 minutos después
del acuatizaje forzoso del gigante de 75 toneladas, llegaba al lugar el
auxilio.
Encontrándose al comando del aparato el piloto teniente
Lefevre, y volando sin novedad sobre el Cabo Santa María, por razones
desconocidas se desprendió la hélice del motor de babor más cercano al
fuselaje. La pieza suelta chocó contra el motor central de babor, provocando
que éste se torciera 75º. Entonces una de las palas de la hélice –que en ese
momento giraba a 2.300 rpm– y un trozo del mismo motor atraviesan el costado
del avión, abriendo un agujero de 2 metros por 90 centímetros. Momentos antes
el periodista del diario brasileño O Globo, Pedro Texeira, había comenzado a
tomar con su filmadora vistas panorámicas a través de una de las ventanillas;
el golpe del trozo de hélice lo mató instantáneamente. Junto a Texeira se
encontraba el cineasta francés Jorge Emilio Ansel, a quien el aspa le amputó la
pierna izquierda y el pie derecho. Si bien sobrevivió al golpe, Ansel falleció
más tarde cuando era transportado por un patrullero al Instituto de
Traumatología en Montevideo.
La crítica situación llevó al comandante de la aeronave,
capitán Mouligné, a acuatizar. Debido a la premura, el piloto confundió la
Laguna de Rocha con la Laguna Negra. La poca profundidad (máximo 1,80 m) hizo
que el casco del hidroavión golpeara con violencia el fondo barroso quedando
detenido en la zona más pantanosa de ésta.
Las confusiones se sucedieron; la llegada del auxilio se
vio demorada ya que inicialmente se pensó que el aparato había acuatizado en
la Laguna José Ignacio. Ubicado finalmente, se procedió a trasladar en avión
ambulancia al cineasta francés y a otro pasajero con heridas de menor entidad,
mientras que el cuerpo destrozado del periodista Texeira era envuelto en una
lona. Finalmente al caer la noche el resto de los pasajeros era transportado
mediante un bote a tierra firme. Los mismos fueron alojados en un hotel de la
ciudad de Rocha y al otro día conducidos en ómnibus hasta Montevideo.
El cuerpo del cineasta francés fue embalsamado y velado
en la embajada francesa, mientras que los restos del periodista de O Globo se
velaron en el Club Brasilero. Los periodistas brasileños, como Texeira, que
formaban la delegación especialmente invitada por la firma Latécoère siguieron
viaje a Buenos Aires en el vapor de la carrera. El resto de los pasajeros se
alojaró en los hoteles Alambra y Florida de la capital, a la espera de seguir
viaje hacia la capital argentina.
Mientras pasajeros y tripulantes se recuperaban en la
capital, los técnicos de la firma francesa Carour y Degrés arribaban al lugar
donde se encontraba el hidroavión. Estimaron que dragar un canal de 3.000 m de
longitud que alcanzara los 2 metros de profundidad permitiría despegar al
gigante. Bajo el mando del comandante Prevost la dotación de rescate logró
cumplir con la hazaña.
Finalmente reparado, y con solo 4 motores, el «buque
volador» despegó de Montevideo.
Quedaba atrás una triste historia. El vientre del coloso
había encallado definitivamente en la crónica montevideana.
Años más tarde los motores del Lionel de Marmier se
apagarían para siempre, cuando en 1948 se estrella en continente africano sin
dejar sobrevivientes*.
Transporte aéreo de lujo
El diseño original del Laté era el de un transporte
aéreo de gran lujo para vuelos transatlánticos a Estados Unidos, con capacidad
para 20 pasajeros ubicados en 10 cabinas para 4 personas pero alhajadas
únicamente para dos, con amplios sillones y camas superpuestas. La estructura
del avión estaba compuesta por dos puentes, el superior corresponde a la
tripulación y al comando del aparato, y el inferior a los pasajeros, con un
cómodo salón-bar a proa.
Las 10 cabinas se encuentran distribuidas 5 a estribor y
5 a babor del fuselaje con un corredor central. En el diseño original 8 de
ellas cuentan con un toilette cada dos, mientras que las dos restantes están
equipadas con toilettes individuales. Hacia popa se encuentra un salón comedor
para 16 personas y otro para 4. A continuación de éstos, una pequeña cocina y
el depósito de valijas. Un verdadero transatlántico volador.
*La
noche del 1 de agosto de 1948, en vuelo rumbo al Este, entre Fort de France
(isla de Martinica, en el Caribe) y el aeropuerto de Port-Étienne, Mauritania
(costa de África), fuera del Triángulo de Las Bermudas, en medio del Atlántico,
a unos 1.700 kilómetros al Oeste de Dakar, se estrelló contra el mar uno de los
hidroaviones para pasajeros más grandes jamás construídos.
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