martes, 21 de abril de 2015
El último grafión (y el único)
Un día (década de los 70´s) se le ocurrió a Papá plantar un grafión. Tanto él como mamá habían comido grafiones de chicos, pero en ese momento era casi imposible encontrarlos. Mientras esperábamos que el árbol creciera fue quedando clara la causa principal de la desaparición de la fruta de las mesas uruguayas: inviernos con pocos días fríos impedían el desarrollo completo de los árboles.
Tras años de espera floreció y aparecieron los grafiones! Es decir, el grafión, el único. Pudo crecer y transformarse en una fruta roja muy parecida a la guinda, de la que es pariente cercana. Cuando maduró le saqué la foto.
Según recuerda Tati, Papá partió ese único fruto y lo dividió entre ella, Carla y Marina. Después taló el árbol...
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