domingo, 20 de febrero de 2011

Papá habla sobre su visita a la URSS en 1960

Esta es la transcripción de una entrevista de El Popular a Papá en 1967, en ocasión de los 50 años de la revolución rusa. Es clave para entender las décadas siguientes de nuestra familia...
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La URSS pasó, en 50 años, del arado de madera a la conquista del Cosmos

Manuel Campos, obrero del transporte, militante gremial.

-Cuándo visitó la Unión Soviética?

-Visitamos la URSS en 1960, agosto-setiembre, en otoño allí. Fuimos invitados por el sindicato soviético del transporte. Componíamos una delegación de tres compañeros de nuestro gremio, de AMDET, CUTCSA y ONDA. Los otros dos compañeros, Goberna y Dalto, lamentablemente, ya no se encuentran más entre los vivos.


-Cuando fui a la URSS no tenía la concepción marxista que tengo ahora, había militado toda la vida en el batllismo e iba con prevenciones.

-Qué impresión le causó lo que vio?

-Desde el momento mismo de pisar tierra soviética me sentí emocionado. Los dirigentes gremiales soviéticos, nuestros anfitriones, nos recibieron con flores y con gran cordialidad. En el recorrido del aeropuerto a Moscú se construía una autopista, vimos un gran despliegue de máquinas facilitaban el trabajo de los hombres.
-Influidos por la propaganda antisoviética, me resultó al principio difícil de aceptar que en la Unión Soviética fuera todo tal como lo veía. Tuve que convencerme. Visitamos 14 fábricas y Parques de Transportes, 4 ciudades diferentes, y siendo de oficio mecánico pasé más de un momento de asombro ante el alto nivel técnico individual y masivo de los trabajadores soviéticos, ante su gran preparación teórica y práctica.
-En la fábrica de automóviles Lijachov vimos 10 hornos de fundición en hilera en plena producción, sin embargo n había calor, la temperatura ambiente era agradable. No se trataba de ningún misterio, simplemente grandes tubos de extracción y renovación del aire. En la sección remache están eliminados los ruidos. Es decir, existe una preocupación constante por mejorar las condiciones de trabajo. Lo comparaba involuntariamente, con nuestras condiciones de trabajo: ruido, gases tóxicos, falta de higiene. Todo lo que aquí tenemos que hacer a mano, con grandes esfuerzos en algunas tareas, lo hacen los soviéticos con ayuda de máquinas, mecanismos que preservan la salud de los trabajadores.
-Me sucedía en la URSS algo que puede compararse a la sensación de un sediento que se ve de pronto ante un manantial. Quería absorber simultáneamente todo lo que veía, lo que me rodeaba. Todo me llamaba la atención. Me costaba comprender cómo un pueblo que ha logrado tantos éxitos, que trabaja tanto, que vive en ciudades populosas, siempre propensas al nerviosismo, puede mantenerse tan sencillo, sereno, sin angustiarse, sin enervarse.

-En qué vio manifestarse la diferencia del régimen social?

-Participamos en reuniones sindicales de fábrica, era nuestro fuerte. Asistimos a discusiones de los planes trabajo y notamos la preocupación y el interés de los obreros por el cumplimiento de las metas. Por qué? La causa es muy simple. Ellos trabajan para sí, en beneficio de ellos mismos y de la sociedad en su conjunto, no para enriquecer a nadie. Sus cabezas están libres de la angustia del alquiler elevado o el desalojo, de la carestía de la ropa y la comida, de lo que cuesta cuidar la salud. Lo tienen resuelto todo, por eso están interesados en el cumplimiento de los planes. Creo que en eso radica la diferencia entre nuestras reuniones sindicales y las de ellos. Nuestras asambleas tienen como característica la lucha de clases, ellos viven en una sociedad sin clases. Nosotros tenemos que defender nuestras reivindicaciones a brazo partido, porque es el pan de nuestros hijos. Nosotros nos vemos constantemente enfrentados a la inhumanización de nuestro trabajo, a la dureza de los patrones. Ellos no tienen estos problemas. Nuestro intérprete, por ejemplo, era casado, tenía hijos, lo que no le impedía estudiar, porque recibe una beca estatal. El que ha visitado la URSS, el que ha visto lo que han conquistado los soviéticos, salvo que sea un explotador, un curioso o tenga algún compromiso, no podrá herir ni de palabra, ni de pensamiento, a ese pueblo que ha hecho tanto y hace tanto por los trabajadores de todo el mundo.

-Qué le sugiere el cincuentenario de la Revolución de Octubre?

-En 50 años la URSS recorrió del arado de madera a la conquista del Cosmos, a la construcción de una sociedad brillante. Como obrero uruguayo le deseo a la Unión Soviética los mayores éxitos a los que tiene derecho y se merece por su lucha consecuente por la paz, la justicia y la conquista de la sociedad comunista.
-La visita a la URSS deja una huella imborrable para toda la vida.


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