lunes, 26 de septiembre de 2011

Fin de semana en Punta del Diablo

Aprovechando los descuentos de Woow Carla y yo nos fuimos a la Posada Rocamar en Punta del Diablo. Llegamos cuando ya se había levantado mucho escombro de las primeras demoliciones de ranchos. Qué lugar privilegiado habían elegido! Ahora que quedó una explanada se nota mejor, bien por la Intendencia de Rocha que va a hacer una plaza allí. Algunos estaban sobre las rocas a veinte metros de la rompiente!
Más abajo van fotos.

Punta del Diablo está que se le revientan las costuras! En todas las manzanas se construye y no son casas de caña y paja, es un lugar de experimentación de los arquitectos. Hasta techos curvos que se transformaban en pared, hechos de chapa pintada (negra).

En contraste la situación de Valizas, triste, muy triste. Está igual que cuando fuimos por primera vez a quedarnos en casa de Gustavo y Cecilia. O sea peor, porque todo se ha descolorido, roto u oxidado. Y no se ve ni una construcción que se despegue de lo tradicional, costaneros, bloques y paja. Encima el arroyo se va llevando casas a medidas que se aburre de un cauce y pasa a uno nuevo.
En suma, no anima a ir en verano...

Aprovechando la cercanía (40 km) fuimos al Chuy a comprar -en palabras de Carla- alimentos aptos para cardíacos...
Así que nos volvimos con paté, pulpo, calamares en su tinta, maníes, papas, dátiles y una botella de cava Freixenet para destapar las arterias!



















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