jueves, 5 de junio de 2014

35 años más cerca del Big Bang





"-Tenemos que irnos!
-Estás segura? Pregunté.
-Sí. Contestó Silvia"



A eso de las 22 hs. me disponía a acostarme.
Hacía un frío bárbaro y por eso me apuraba con los trámites previos. En esa época no estaba blindado contra el frío, como ahora.
Sobre mi mesa de luz unas revistas esperaban.

Una contracción le avisó a Silvia que Tati estaba disponiéndose a salir.  

-Tenemos que irnos!

-Estás segura? Pregunté.
-Sí. Contestó Silvia


Así comenzó la última etapa de la vida acuática de Tati.

Nos vestimos rápido, tomamos el bolso que estaba esperando hacía días y salimos.

Porqué fuimos a casa de Belkys? No me acuerdo.
Porqué fuimos caminando? Supongo porque las contracciones no serían demasiado seguidas y sobretodo porque tomábamos el parto como un evento natural y no le habíamos incorporado toda la gordura ominosa que era común agregarle. Y entre los dos no juntábamos cuarenta años...

La noche era congeladamente transparente y se veían muchas estrellas.

Desde allí tomamos un taxi. Tengo bien grabada la bonachona actitud del taxista, acomodándose mejor en el asiento y avisando que íbamos a hacer un viaje lento y tranquilo…

Catalina Parma de Beisso era el nombre del sanatorio de Asignaciones Familiares donde iba a nacer Tati. En 18 de julio.
Los trámites demoraron poco –entre ellos impedirme estar presente en el parto- y se llevaron a Silvia para revisarla.

Poco rato después, cerca de la medianoche pedí información, saber qué pasaba y se sonrieron, madre e hija ya estaban en avanzado trabajo de parto.

Así fue que, 35 años atrás nació Tati, en los primeros minutos del 4 de junio de 1979, Año Internacional del Niño (y Año de la Cabra).

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