Discuten la sucesión 100 días antes de la boda real
Propuesta de cambio
El Acta de establecimiento, la norma que regula el acceso al trono en Gran Bretaña, está bajo estudio por undécima vez en 30 años. Ante el inminente casamiento del príncipe Guillermo con Kate Middleton, un diputado opositor propuso un proyecto de cambio, considerando que "es el momento oportuno" para examinar el asunto. Su propuesta es que hombres y mujeres tengan iguales derechos y que sea el primogénito, y no necesariamente el hombre, el primero en la línea de sucesión para acceder al trono británico.
LONDRES | AFP Y ANSA
Cuando faltan sólo 100 días para la boda del príncipe Guillermo con Kate Middleton, el debate sobre la línea de sucesión a la Corona se ha reavivado en Gran Bretaña, donde la prevalencia del hombre sobre la mujer es considerada retrógrada y discriminatoria.
El cambio de la ley, que debería ser negociado con los 15 países de la Commonwealth, responde al interés de favorecer a la primogénita en el acceso al trono, incluso si tiene un hermano. Surge de la intención de la coalición que encabeza David Cameron de que las mujeres tengan los mismos derechos que sus hermanos, ya que actualmente los hombres tienen prioridad en todos los casos.
En caso de que la reforma prospere, y si el primer hijo del príncipe Guillermo -segundo en la línea de sucesión a la corona- y Kate Middleton es una mujer, tendrá acceso al trono británico.
Los jóvenes, él de 28 años y ella de 29, se casarán el 29 de abril en la Abadía de Westminster. Para el diputado laborista Keith Vaz, quien presentó ante la Cámara de los Comunes el proyecto para modificar la ley vigente desde hace más de 300 años, el enlace de la pareja constituye "el momento oportuno para examinar el tema".
Según el "Act of Settlement" (Acta de establecimiento) vigente desde 1701, si la pareja tuviera una hija y luego un varón, éste arrebataría automáticamente el lugar detrás de su padre a la primogénita, que sólo reinaría en caso de no tener hermanos, como es el caso de la actual soberana Isabel II.
Además, las reglas excluyen a los católicos del trono y prohíbe a los monarcas casarse con personas de esa religión. Aparentemente la norma estaba destinada a apartar del trono a la dinastía Estuardo.
La prensa británica recordó ayer que este proyecto de ley es el undécimo intento en tres décadas de enmendar el Acta de establecimiento, y que los 10 anteriores fracasaron por falta de respaldo del gobierno. Un portavoz gubernamental confirmó que se trata de "un asunto complejo y difícil", aunque admitió que "el gobierno acepta que hay disposiciones en la Ley que pueden ser consideradas discriminatorias".
La principal complicación es que, al ser el monarca británico soberano de otros 15 países -incluidos Canadá, Australia y Jamaica-, cualquier enmienda requeriría modificar al mismo tiempo las legislaciones de cada uno de esos países.
El portavoz gubernamental precisó que las discusiones "continúan" con los países de la Commonwealth que resultarían directamente afectados por una eventual modificación de la ley.
Según una fuente anónima citada por el diario Daily Mail, la familia real británica estaría "preocupada" por el tema.