lunes, 14 de julio de 2014

Viva la vida - A 60 años de la muerte de Frida Kahlo

Viva la vida

A 60 años de la muerte de Frida Kahlo

13.07.2014
imagen del contenido A 60 años de la muerte de Frida Kahlo

MÉXICO (Uypress*) — Frida Kahlo murió un 13 de julio, hace 60 años. Sus gruesas cejas, su provocación artística y personal, su lucha con el cuerpo como lienzo, su compromiso político, la han vuelto un ícono para artistas, diseñadores de moda y militantes feministas.

Paredes azules, una pirámide azteca propia, plantas, fotos. "Frida y Diego vivieron en esta casa - 1929-1954", reza la pared color azul maya, rodeada de piezas prehispánicas que coleccionaba el matrimonio Kahlo-Rivera.
La justicia tarda, pero llega. A la figura de Frida le costó ser reconocida por fuera o más allá de su marido-exmarido-marido, el muralista Diego Rivera, hasta hace relativamente poco tiempo.
Pero dignificada como está en el presente, su arte se ha vuelto metáfora de las reivindicaciones feministas y camiseta pop. Su cara está en todas las remeras; su reivindicación de la vestimenta típica mexicana, con sobredosis de colores, bordados, alegría, exhaltaron su nombre e imagen.
Modelos en la Casa Azul. Foto: Uypress/Azul Cordo

Rebeldía y alegría

En su Casa Azul se concentra el espíritu libertario de Frida, a través de la separación de las recámaras del matrimonio; su máscara mortuoria; los espejos en los que se reflejó durante gran parte de sus 47 años; así como la rebeldía de cambiar su fecha de nacimiento, del 6 de julio de 1907 a 1910, con el firme argumento de que ella era una "hija de la Revolución" mexicana.
En la habitación que Frida usaba de día permanece su cama con el espejo en el techo que su madre había mandado a colocar después del accidente que la joven sufriera en el autobús en 1925, al regresar de la Escuela Nacional Preparatoria, y que la marcaría para el resto de su vida.
Si ya la poliomielitis había hecho lo suyo en el cuerpo infante de Kahlo cuando tenía 6 años, el accidente sería el sello para su cuerpo el resto de su vida. La resignificación de este dolor en arte, es lo que vuelve a la artista tan única, tan referente.
En sus cientos de autorretratos no solo pueden verse corsés, sangre, fetos y abortos ilustrados ante la obsesión de ser madre y sus constantes pérdidas de embarazos como consecuencia de la perforación de su cuerpo, sino también animales, colores, y sus pies, de los que se despojó porque tenía "alas pa' volar".
En la recámara donde Frida descansaba, a los pies de su cama, la cuidan los retratos de Lenin, Stalin, Marx y Mao Tse Tung. En el cuarto de al lado descansan sus cenizas, dentro de una vasija prehispánica única, un hombre-sapo, metáfora de la figura de Rivera, que la contiene.
Vasija "hombre-sapo". Foto: Uypress/Azul Cordo

Cada objeto de la Casa Azul dice algo de la pintora: las muletas, los corsés y las medicinas son testimonio del sufrimiento por las múltiples operaciones a las que fue sometida. Los exvotos, juguetes, vestidos y joyas hablan de una Frida coleccionista.
El Museo Frida Kahlo va dando de a poco acceso a los secretos de la artista. Ocurre que Rivera hizo prometer a Dolores Olmedo (mecenas y amiga del muralista, nombrada directora presidenta vitalicia tanto de la Casa Azul como del museo de Diego: "Anahuacalli") que durante 15 años no abriera el baño de su recámara. Tampoco se abrió el de la recámara de Frida, ni una pequeña bodega, sus baúles, roperos y cajones, que guardaban tesoros que ayudan a reconstruir gran parte del rompecabezas de las vidas de ambos artistas.
Estudio de Frida. Foto: Uypress/Azul Cordo

Hace muy pocos años, el fideicomiso de la Casa Azul y de Anahuacalli consiguió fondos para poder digitalizar e investigar este acervo constituido por 22 mil documentos, 6500 fotografías, 8874 revistas y publicaciones, 2170 libros, decenas de dibujos, objetos personales, vestidos, corsés, medicinas, juguetes.
Un ápice de este enjambre ya puede verse en el Museo Kahlo, a través de la exposición de vestidos de Frida, auspiciada en parte por la revista de modas Vogue.
Muestra "Las apariencias engañan". Foto: Museo Frida Kahlo

Cada mes, unos 25 mil visitantes (70% extranjeros) ingresan a la Casa Azul y se internan en el universo Kahlo; magia de la que es difícil salir, en el corazón del barrio defeño y colonial llamado Coyoacán.

Frida feminista

Su liberación sexual, sus contradicciones entre el amor romántico sentido por Rivera y la forma de manejar sus constantes traiciones, su poliamor, sus escritos que fundamentan el control sobre su propio cuerpo de mujer, vuelven a Kahlo una referente en la lucha feminista.
Ignacio Ramonet sintetiza parte de lo que Frida transmite a las mujeres que luchan por sus derechos: "En sus cuadros, esta increíble creadora que pintaba a veces con su sangre, mezcla arte moderno, peripecias biográficas, folclore azteca, feminismo radical y revolución mexicana. Y consigue expresar sus fantasías más insólitas así como su intimidad más personal, llegando hasta representar su propio aborto. Su vida fue un calvario. De adolescente sobrevivió a un accidente de autobús. Tuvo que pasar años con un corsé de hierro y en una silla de ruedas. Así fue cómo descubrió la pintura".
Foto: Uypress/Azul Cordo

"Frida se representa a menudo en situaciones de sufrimiento alucinante con su corsé de discapacitada, o con llagas sangrando de su cuerpo como el corazón de Jesús o los mártires católicos de la iconografía popular. Su rostro tiene atributos femeninos y también masculinos, como un vello excesivo que le da a veces aspecto de mujer barbuda, y unas cejas negras tan imponentes como un bigote invertido de cualquier machote mexicano", analiza Ramonet.
El mensaje final de Frida, contenido en la última pintura que se le conoce antes de morir el 13 de julio de 1954, sintetiza su modo de concebir nuestro paso por el mundo: "Viva la Vida".
"Pies para qué los quiero si tengo alas pa'volar. 1953", página del Diario íntimo de Frida Kahlo.Foto: Uypress/Azul Cordo

*Por Azul Cordo, desde México DF.

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