La increíble acumulación de información personal en un solo país
Sus seguros servidores
Los gigantes de Internet concentran datos planetarios dentro de Estados Unidos a una velocidad asombrosa. Y, mientras tanto, la National Security Agency construye un gran backup mundial.
Por Mariano Blejman
Súbanlo todo que nosotros se lo guardamos, parecen decir las
sugerentes marquesinas virtuales alrededor del planeta: Google, Facebook,
Amazon, RedHat, Ubuntu, DropBox, GrooveShark (podría seguir) ofrecen servicios
de almacenamiento en “la nube”, ese espacio que queda en algún lejano lugar
llamado Internet. Curiosa la climatología virtual que se las ha arreglado para
llevar las nubes siempre para el mismo lado: la estructura de la información
que están montando los gigantes de la red va a ser más grande que la de
cualquier Estado y va a estar guardada (¿dónde si no?) en Estados Unidos o al
menos controlados desde allí. ¡Aleluya! Estamos salvados: los datos están bien
guardados en el país de la libertad.
Google, Facebook, Apple y Amazon, los
grandes jugadores de la nube, están construyendo inmensos centros de datos en
las zonas áridas y, lo que es todavía más simpático, la NSA (National Security
Agency, agencia de espionaje desde Estados Unidos hacia afuera) también está
guardándolo todo en el backup más ambicioso del planeta.
Umberto Eco decía que las sociedades han avanzado sobre la base de perder
montañas de información de una generación a otra. Esta vez, Internet podría
permitir viajar al pasado con un nivel de precisión espantosa. Facebook tiene
apenas ocho años y anda a los tumbos en la Bolsa de Nueva York, pero más allá
de la cuestión coyuntural es una máquina de guardar datos, fotos, videos,
mensajes y conexiones. ¿Hasta cuándo? ¿Dónde? “El tema de infraestructura va a
ser nuestro mayor desafío”, dijo Mark Zuckerberg –su creador– cuando anunció su
salida a la Bolsa. Imagínese el lector una línea de tiempo (esa función que
estrenó hace un tiempo en Facebook) que llegue cien años para atrás. El lector
dirá que seguramente Facebook no va a existir dentro de cien años, pero el
asunto es que los datos van a quedar bien guardados no importa la empresa que
los muestre, incluso aunque usted piense que los ha borrado para siempre.
Los gigantes sociales guardan celosamente la información sobre los lugares,
la cantidad de servidores que tienen, los tipos de hardware que compran y toda
aquella información que pudiera afectar a su negocio y por lo tanto su
credibilidad. Eso era así hasta que Facebook decidió abrir su información de
infraestructura: ha elegido Prineville, una ciudad de Oregon, para instalar uno
de sus nuevos inmensos centros de datos, algo así como el corazón de nuestra
memoria. ¿Y por qué eligieron Prineville? Ese recóndito pueblo de Oregon es
algo así como el Tíbet de América del Norte, seco, con sol pero fresco, alejado
de la humanidad para salvarla.
Mientras Facebook –una empresa cerrada, que exige usuario y clave a sus
usuarios para ingresar– está dispuesto a mostrar sus centros de datos, Google
–que ha hecho culto de lo abierto– esconde información sobre cómo, cuándo y
dónde guarda los datos de miles de millones de personas. La organización de los
centros de datos en Google es secreto de Estado, incluso la compañía es
conocida por mantener los servidores en cajas completamente negras para evitar
ser vistas. Por su parte, Microsoft ha realizado un camino intermedio: si bien
no ha abierto todos sus datos ha publicado información relevante sobre la
organización de los centros de datos. Parece que Oregon se ha puesto de moda,
también Apple construye un gran centro de datos en el desierto de Prineville “similar”
al que se encuentra a unos pocos kilómetros, en el mundo de Facebook. La
increíble nube de Amazon –que además de funcionar para la empresa de libros
ofrece un fantástico servicio de virtualización de servidores– es todavía más
oculta que la de Google: nadie sabe exactamente el tamaño de sus servidores ni
el diseño de su infraestructura. Ni siquiera dónde compra el hardware.
Pero si hay una “empresa” dispuesta a guardarlo todo, y también lo hace en
Estados Unidos, ésa es la National Security Agency, que construye en Utah un
centro de datos que pretende interceptar, descifrar, analizar y guardar vastos
volúmenes de datos de todos los cables submarinos y satélites posibles locales,
nacionales e internacionales. Según publicó la revista Wired, el centro de
guardados estará “operativo” en septiembre de 2013 y promete ser el backup más
intrusivo de la historia de Internet. ¿Qué van a guardar? Todo: llamadas
telefónicas, correos privados, recibos de estacionamientos, itinerarios de
estacionamientos, compras de libros, cualquier cosa que esté en Internet. O
sea, cualquier cosa.
Según describe la Wired, el centro de Utah es el sueño borgeano del Aleph
hecho realidad: la historia universal vista desde todos los puntos de vista en
un solo lugar. Cabe decir que la diferencia entre el panóptico de Michel
Foucault –la idea de que el control se efectúa sobre la presunción de que
alguien podía ser mirado– es un tanto diferente aquí: el control se efectúa
sobre la certeza de que todo está siendo guardado. Es la concreción de un viejo
proyecto de George W. “Orwell” Bush que en 2003 se detuvo por presión pública,
y que no se contenta con guardar cualquier tipo de información sino con quebrar
cualquier tipo de código. La NSA tiene la habilidad de romper sistemas de
encriptación usados no sólo por el gobierno alrededor del mundo sino también en
cualquier computadora personal. Cualquier persona que pueda comunicarse es un
objetivo: corre el riesgo de ser taggeada*.
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